Más allá de los partidos de Copa, de la sorprendente eliminación del Madrid a manos de un 2ªB o de cualquier resultado futbolístico, la jornada de ayer nos dejó una triste noticia. Robert Enke, actual portero titular de la selección alemana, falleció al arrojarse a las vías de un tren en Hannover. El guardameta vivía sumido en una depresión crónica debido a que nunca superó la muerte de su hija en 2006.
La noticia del suicidio del portero alemán sorprendió a todo el mundo del deporte, no tanto por el suceso en si mismo sino por la forma en que se han desarrollado los acontecimientos. Nadie en su entorno ni fuera de él esperaba que Enke tomara este tipo de decisión, más cuando ha dejado atrás a su mujer y una hija de ocho meses. En lo deportivo, Robert Enke llevaba a sus espaldas una dilatada carrera como guardameta que empezó en el club de su ciudad natal. Pasó tres años muy fructíferos en el Benfica y eso hizo que el Barça se fijara en él. El club catalán consiguió su fichaje, no sin polémica. Aún a día de hoy se dice que el traspaso del guardameta alemán estaba ya firmado por el Espanyol cuando el Barcelona se entrometió y se lo llevó al Camp Nou, por donde pasó con más pena que gloria. Jugó muy pocos partidos, pero personalmente le recuerdo un par de buenas actuaciones. La primera en el Gamper del año 2002, donde el Barça ganó 1-0 a la Estrella Roja y Enke estuvo muy seguro durante los 90 minutos. El segundo partido bueno que tengo en mente fue un amistoso de esa misma temporada ante el Benfica, donde el arquero alemán cuajó una soberbia actuación y fue uno de los artífices de la victoria de su equipo por 0-1. Pero en este partido Enke ya estaba sentenciado por Van Gaal. Y es que el portero tuvo la mala suerte de disputar el partido de Copa ante el Novelda en el que el Barça quedó eliminado por este modesto equipo de 2ªB. Los azulgrana perdieron por 3-2 dando una pésima imagen y Enke colaboró a la derrota con un par de fallos cruciales.
Al año siguiente el guardameta pidió a la junta entrante, con Laporta comandando, que le dejaran irse. Quería volver a sentirse jugador y probó suerte, primero en Turquía y más tarde en el Tenerife, otra vez en la Liga, pero sería de vuelta a su país natal dond
e volvió a ser el portero que había dejado tan buen recuerdo en Portugal. Desde 2004 hasta ayer fue jugador del Hannover 96, y sus buenas actuaciones le llevaron a consolidarse como portero titular de su selección. Ya hacía unos meses que Enke no estaba bien, se encontraba de baja debido a una depresión y no levantaba cabeza, hasta que ayer tomó una trágica decisión.
Aunque aquí no tuvo suerte, no era tan mal portero como lo pintaban. Descansa en paz, Robert.

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