viernes, 28 de junio de 2013

El dolor de Vika

La edición de este año de Wimbledon está aconteciendo extraña. Muy extraña. Para empezar, los dos mejores tenistas de los últimos años –y probablemente de todos los tiempos– ya no están. El lunes Nadal caía ante Steve Darcis (135º ranking ATP) en tres mangas, en lo que pareció un holograma de la edición de Wimbledon 2012, dónde balear también abandonó el All England Club a las primeras de cambio tras ser derrotado por Rosol. Los problemas de rodilla de Rafa pueden tener bastante que ver en la eliminación del tenista.
Más inverosímil fue la debacle del rey de Wimbledon, Roger Federer. El suizo sucumbió de ante Sergiy Stakhovsky (116º ranking ATP) en cuatro sets.
No menos sorprendente fue la eliminación de la rusa Maria Sharapova en la segunda ronda del cuadro femenino ante la portuguesa Larcher de Brito (131º ranking WTA).
A estas tres grandes debacles hay que añadir las derrotas, ya a estas alturas, de ex-números 1 del mundo como el australiano Hewitt a manos del semi-desconocido Dustin Brown (189º ranking ATP), Ana Ivanovic, Caroline Wozniacki o Jelena Jankovik, todas ellas ante rivales mucho peor clasificadas en el ranking WTA.
También las lesiones están causando un gran número de abandonos. La rodilla de Tsonga (7º ranking ATP) dijo basta al inicio del tercer set en el partido que disputaba frente Gulbis. Al finalizar la manga tuvo que retirarse por no haberse recuperado de sus dolencias.
El gigante americano, John Isner (22º ranking ATP), abandonaba el torneo en la primera manga del partido que le enfrentaba a Mannarino tras dolerse de su rodilla izquierda.
A todos estos les siguieron Marin Cilic (12º ranking ATP), Philipp Kohlschreiber (18º ranking ATP), Radek Stepanek (45º ranking ATP), Michael Llodra (53º ranking ATP) y Steve Darcis, verdugo de Rafa Nadal.
Pero si ha habido una lesión que me ha impulsado a escribir estas líneas, ha sido sin duda la de Viktoria Azarenka. La bielorrusa (2ª ranking WTA) había ganado la primera manga con facilidad y, ya jugando la segunda, fue a rectificar la posición de su cuerpo para alcanzar un buen resto de su rival. Su pierna izquierda perdió adherencia sobre el césped de la Pista 1 y Vika perdió el equilibrio, cayendo con la rodilla derecha doblada debajo del cuerpo.
El grito de la bielorrusa en ese momento estremeció a toda la grada, más aún cuando la tenista se quedó sollozando, tendida en el verde lienzo de la pista mientras recibía las atenciones del juez de silla.
Diez minutos después y con un fuerte vendaje en la rodilla, continuó el partido, cojeando de forma ostensible, cosa que no le impidió cerrar el segundo set con un contundente 6-2. Finalizado el partido y pasadas unas horas tras el partido, Vika anunció su retirada del torneo.
Aún no se sabe el alcance de la lesión de la bielorrusa, pero de momento la ha obligado a abandonar uno de los torneos en que mejores resultados había cosechado en los últimos años. Esperemos que el dolor de Vika se quede tan solo en eso, en un momento que pone los pelos de punta y que pueda seguir adelante sin lamentar ninguna lesión de gravedad.

viernes, 18 de enero de 2013

Una verdad enmascarada

Al fin ha dicho lo que todo el mundo quería oír. Con los años, tanto de competición como de retiro, ha ido sumando detractores y críticas sin fin, solamente basadas en rumores, conjeturas y falsas acusaciones que aún no se han demostrado empíricamente a día de hoy.
Armstrong ha reconocido públicamente que mejoró su rendimiento en carrera con sustancias varias. Aquellos que conozcan un poco el mundo del deporte sabrán cómo funcionan las leyes antidopaje y los controles para evitarlo. Lo explicaré de forma sencilla para quienes sean nuevos en la materia: Un deportista da positivo en un control antidopaje cuando supera una cierta tasa X en sangre de una serie de sustancias controladas. Dicha tasa la marca el comité de turno de cada competición y/o deporte. Extrapolando podríamos compararlo a la tasa de alcohol permitida al volante de un automóvil.
Pues bien, Armstrong nunca dio positivo pero ha reconocido que se dopó, ¿cómo puede ser eso? Excluyendo la teoría de la conspiración, que dejaría a la UCI al borde de la muerte institucional, solamente nos queda volver a extrapolar: un conductor llega a un control de alcoholemia y el agente ahí presente le pregunta “¿ha bebido?” a lo que el conductor responde “sí”. El agente hace la prueba pertinente, el resultado sale negativo (por ejemplo: 0,11), saluda al conductor y le recomienda precaución en la carretera. Fin.
Dopar: Administrar fármacos o sustancias estimulantes para potenciar artificialmente el rendimiento del organismo con fines competitivos.
Así define la RAE el término “dopar”. A pesar de no aparecer por ningún lado alguna connotación negativa o de ilegalidad, la palabra “dopaje” solamente se usa para describir alguna acción o comportamiento lejos de la legalidad y la moralidad.
Si nos ceñimos a su etimología no es tan extraño el dopaje en sí, dentro de unos límites establecidos. Sin duda las bebidas isotónicas formarían parte de la familia de sustancias que ayudan a mejorar el rendimiento de un deportista, pero nadie se va a escandalizar por ver a uno de ellos tomando sales minerales adicionales para su cuerpo.
Todos los ciclistas se dopan y se han dopado de forma legal o ilegal. Armstrong se dopó dentro de la legalidad vigente en cada momento, como así lo atestiguan los más de 600 controles antidopaje que pasó. Aun así, compitiendo contra otros que iban igual de dopados (léase el término sin connotaciones negativas) que él, fue el mejor durante 7 años. ¿O realmente alguien pensaba que se pueden hacer 200 km de bicicleta cada día durante 3 semanas con un vaso de agua y un plátano?