Hace un mes y medio nos frotábamos las manos esperando el espectáculo que íbamos a ver: Cuatro Barça-Madrid en tan solo 18 días. Los que probablemente sean los mejores equipos del mundo actualmente, frente a frente ni más ni menos que en cuatro ocasiones para jugarse tres títulos.
Casi dos semanas después de disputarse el último de los cuatro encuentros, podemos reflexionar acerca de lo que han supuesto tantos "clásicos" en tan poco tiempo. No se ha visto espectáculo ninguno, más bien cuatro partidos toscos, duros y de desgaste del rival. Faltas, simulaciones, agresiones, quejas, peleas, enfrentamientos… de todo menos fútbol. Pero esto sería puramente anecdótico si no fuera porque lo ocurrido en el campo ha desembocado en una bochornosa "pelea" en los despachos, implicando a los propios equipos y a la UEFA.
Todo comenzó después del tercero de los cuatro encuentros, curiosamente el primero que el Barça consiguió ganar. Mourinho y el Madrid no supieron digerir esa derrota y se ampararon, con o sin razón, en la actuación arbitral. El técnico portugués la lió en la sala de prensa y puso en duda al Barça, a su historia, a los árbitros, a Villar y a la UEFA. No dejó títere con cabeza.
A partir de ahí empezó una carrera de demandas entre los dos clubes: El Barcelona demandó ante la UEFA a Mourinho y al día siguiente era el Madrid el que demandaba al club catalán por supuesta conducta antideportiva de hasta ocho jugadores azulgrana, según detallaban. La UEFA por su parte, viendo que Mourinho había cometido la terrible osadía de poner en duda su transparencia en público, decidió sancionar al luso con 5 partidos de inactividad en competiciones europeas, pero dejó sin efecto las demandas de ambos clubes.
No contentos con el castigo, en Madrid decidieron recurrir al tribunal de apelación, para que también sancionaran a los jugadores azulgrana de quienes habían creado y remasterizado un vídeo con las supuestas conductas antideportivas. Tampoco surtió efecto. Pero si lo hizo un nuevo video que mandaron a la UEFA con un fragmento en el que se veía a Busquets diciéndole "algo" a Marcelo. ¿Mono? ¿Morro? No se sabe. El Madrid estaba eliminado y se sabía muerto, pero quería debilitar al Barcelona, herirle con su último aliento. Tampoco lo consiguió.
Ayer la UEFA concluyó este espectáculo dantesco no sancionando a Busquets por falta de pruebas. El Madrid podía haber caído con la dignidad propia de un club de sus dimensiones, pero prefirió mostrar su lado más vulgar y ruin. A todo esto, después de la sentencia final de la UEFA en el caso Busquets, el Madrid ratificó lo que ya había dicho hace un par de días: Contrariamente a lo que dice el máximo estamento del fútbol europeo, el club blanco niega rotundamente haber mandado el video de la acusación de Busquets. Ver para creer.