miércoles, 13 de enero de 2010

No Pau, no party

Que los Lakers no son lo mismo con o sin Pau Gasol lo sabe cualquiera que siga mínimamente la actualidad de la NBA. El aficionado al basket americano también sabrá que el jugador de Sant Boi sufre una lesión en los isquiotibiales y que por eso se ha perdido los últimos encuentros de su equipo. Si además de no tener a tu jugador más regular y efectivo por problemas físicos tienes a tu estrella inmersa en una mala racha, la cosa ya se complica. Y a partir de aquí los resultados dejan de ser positivos. Pau no está, Kobe hace días que no se encuentra cómodo en la pista y el resto del equipo intenta multiplicarse para suplir las carencias que aquejan al colectivo, pero no dan para más. Fisher tiene una edad considerable como para tener que estar jugando 40 minutos por partido. El cumplidor Bynum aporta anotación y fuerza en la pintura, pero cuando aparece un pívot serio, se lo meriendan sin compasión, como hizo ayer Duncan en el primer tiempo. Odom no aporta lo mejor de si mismo, a pesar que su faceta reboteadora va en aumento. Artest está siendo una gran decepción. No se adapta al juego del equipo y aparece a ráfagas, en ocasiones demasiado tarde, como en el partido de ayer en que despertó tarde, con el encuentro virtualmente perdido. No solamente eso, sino que en los dos primeros cuartos se hartó de fallar tiros a canasta sacando a la luz su faceta más individualista. A todo esto hay que sumar la poca confianza de Phil Jackson en los reservas. Tan solo Brown y Farmar disponen de tiempo práctico de juego, mientras que los Vujacic, Walton, Powell y compañía ven gran parte de los partidos sentados en la banda. Ayer San Antonio le dio un buen repaso al equipo de Los Angeles, que aguantaron las embestidas de Duncan durante el primer cuarto pero que acabaron sucumbiendo cuando Parker decidió ponerse a jugar en serio. Lo intentaron los Lakers hasta el final, pero nunca estuvieron cerca de la remontada ante unos Spurs en los que ni Ginobili ni Jefferson jugaron un buen partido. El encuentro de ayer nos deja un dato más que sorprendente que demuestra el mal momento en que se encuentra Bryant, y es que el americano en el último cuarto no lanzó ni una sola vez a canasta, producto de la falta de confianza que arrastra desde hace un tiempo. Y a todo esto Gasol lo veía desde fuera, probablemente con rabia por no poder ayudar a sus compañeros y siendo conocedor que si él estuviera en la cancha, cambiarían muchas cosas, entre ellas una muy importante: el marcador.

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