miércoles, 5 de octubre de 2011

La misión de Lucho

Luis Enrique llegó a la Roma este verano con grandes expectativas de futuro. Los directivos italianos apostaron fuerte por el técnico español, quien había sido capaz de alcanzar el tercer lugar de la tabla de la Liga Adelante con el filial del FCBarcelona al que previamente él mismo había ascendido desde 2ª B.
En Roma hace tiempo que navegan a la deriva sin ver tierra firme, y la contratación del asturiano prometía ser un bálsamo a la par que también quería ser el inicio de una propuesta de futuro. Por eso empezaron a contratar a jóvenes talentos del fútbol mundial y a estrellas en formación. Bojan, José Ángel, Erik Lamela, Pjanic, Osvaldo, Stekelenburg y compañía iban suponiendo una gran inyección de moral para los seguidores de la Roma a medida que eran presentados.Pero quedaba -y queda aún- un gran problema en ese vestuario. El otrora grandísimo Totti seguía y sigue ahí, inamovible, dueño del vestuario y verdugo de media docena de entrenadores que en su momento no comulgaron con las ideas excesivamente ególatras del ídolo romano, quien ha estado perjudicando en los últimos años el ambiente dentro y fuera de club.
Es por eso que estoy muy convencido que la directiva de la Roma no eligió a Luis Enrique tan solo fijándose en su hipotético talento y/o en su trayectoria como entrenador, pues es de sobra conocido el fuerte carácter del asturiano quien, a mi entender, ha sido designado por sus nuevos jefes para poner en su sitio a Il Capitano. Pero no es ni va a ser tan fácil, pues Totti tiene una gran cantidad de aficionados que le respaldan y le adoran por sus “hazañas” logradas en tiempos pasados, por no hablar del peso que tiene dentro del vestuario. Francesco Totti es para la Roma un mito viviente, no sin merecerlo, pero de lo que no se da cuenta él ni sus acérrimos seguidores es que su momento ya ha pasado. Desde aquí puedo asegurar que he disfrutado muchísimo viendo jugar al gran Totti, y que es probablemente uno de los mejores jugadores de la historia de Italia, pero hace tiempo que debió dejarlo, pues ahora mismo sólo está perjudicando a su amado club.
Luis Enrique es conocedor de toda esta escabrosa situación y lo está llevando de la mejor forma que pude, pero nunca es fácil llegar nuevo y quitarle la batuta al director de la orquestra.
Después de un mal inicio parece que el conjunto capitalino empieza a despegar. Osvaldo y Bojan ya meten goles, y poco a poco el técnico asturiano le va quitando minutos de juego a Totti, ya sea por lesiones o por decisión técnica. Si finalmente Luis Enrique consigue sacar al ‘10’ de ese vestuario sin que el asunto le explote en las narices, habrá logrado un gran éxito deportivo para la Roma, pues el conjunto italiano podrá comenzar una nueva era.

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