martes, 21 de septiembre de 2010

Por lo criminal

Hace unos meses el director de un diario deportivo de Madrid sentenció des de la cómoda posición de su silla frente a una cámara de video, que a Messi se le tenía que parar “por lo civil o por lo criminal”. Supongo que ayer se quedó, por fin, aliviado al ver al astro argentino tendido en el césped del Calderón con el tobillo destrozado. Igual esta noche ha podido dormir bien después de mucho tiempo. Igual ahora se arrepiente de lo que dijo o, más probable, justifica sus palabras con algún tipo de discurso absurdo. Lo que está claro es que ayer hubo un jugador que supo leer entre líneas las palabras de dicho periodista en su videoblog y acabó parando a Messi por lo criminal. La escalofriante entrada que le propinó el checo Ujfalusi al crack azulgrana hizo que ambos acabaran yéndose a las duchas un minuto antes de lo que deberían. Uno expulsado con todo merecimiento. El otro en camilla y con las manos en la cara retorciéndose de dolor.
A pesar del partidazo del Barça en el Vicente Calderón, esta jugada de última hora hizo que Guardiola saliera quemado a la rueda de prensa posterior al partido, y no era de extrañar. Tan cabreado estaba que, con su talante y compostura habituales, soltó un par de estocadas directas al corazón de aquellos que llevan más de dos años de acoso y derribo a todo lo que sea azulgrana o catalán. Pep sabía que a Messi se lo habían cargado por no poder detenerlo de forma reglamentaria y sabía también que esto lo habían pedido desde ya hace mucho tiempo algunos periodistas de Madrid.
Decían por la noche en tertulia radiofónica algunos analistas que Messi suele poder evitar, gracias a su agilidad, que le entren al pie de apoyo, pero ayer no pudo esquivar a Ujfalusi, no tuvo esa suerte. El lateral derecho del Atlético fue a cazarle y consiguió lo que al parecer se propuso, pues esa acción deja poco lugar a la involuntariedad. Con el colegiado anotando la expulsión y mientras el argentino era retirado del terreno de juego por las asistencias médicas, buena parte de los aficionados atléticos que veían el partido en su estadio le dedicaron al jugador azulgrana insultos y cánticos a coro, cual jauría de energúmenos más acostumbrados a ver peleas callejeras que a disfrutar del espectáculo deportivo que representa el fútbol.
Un espectáculo con el que ayer Messi nos obsequió con un partido soberbio de principio a fin. Por desgracia este fin llegó un poco antes de lo esperado debido a que un jugador contrario decidió hacer caso a la “petición” del reconocido periodista de la capital y optó por detener al mejor jugador del mundo de la peor forma, la criminal.

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