Cuenta la historia que hace mucho tiempo el pueblo Chino ideó una tortura psicológica para hacer que los condenados tuvieran un final de lo más agónico posible. Esta tortura consistía en tender al preso boca arriba y dejar que le cayera una gota de agua en la frente cada 5 segundos, desde un pequeño depósito situado encima de él. Al cabo de los días el reo se volvía loco, pues no podía dormir y apenas comer.
Al Real Madrid y a sus seguidores podemos decir que sus jugadores les han condenado a ‘la gota azulgrana’. Y es que la eliminación del club blanco en octavos de final de la Champions no tan solo es un fuerte golpe moral por el hecho en sí, sino que además tendrán que ir viendo poco a poco como los rivales se acercan a la final, a su final, la que se disputará el 22 de mayo en el Bernabéu. Hasta aquí no sería ‘tan’ grave si no fuera porqué entre los 8 candidatos a la final, está el eterno rival, el Barça. Aquí entra el apartado psicológico de la tortura, si el equipo azulgrana va pasando rondas como hizo ayer, la presión entre los seguidores y la prensa de Madrid va a ir aumentando de forma inversamente proporcional a lo cerca que esté el conjunto catalán de la final en el Bernabéu. Y no lo digo porqué sí, lo digo en base a la experiencia. En la temporada 1998/1999 la final de la Champions se disputaba en el Camp Nou. Un Barça lleno de ilusiones afrontaba la competición con el aliciente añadido de jugar la final en su casa, pero un sorteo desafortunado le encuadró con el Manchester United de Beckham, Schmeichel y Stam, con el temible Bayern de Munich de Effenberg, Kahn y Matthaus y con el modesto Brondby danés. El Barça peleó, sacó dos empates ante el Manchester pero perdió ambos partidos ante el Bayern, lo que le dejó fuera de la competición en beneficio de los dos equipos que semanas después llegarían a la final. Pero esto evidentemente no lo sabía nadie en el momento de la eliminación y esos días fueron muy largos para el barcelonismo. La sola posibilidad que el Madrid pudiera llegar a disputar esa final, con la probabilidad de victoria blanca que eso comportaba, dejó sin aliento a más de uno. Ahí tuvimos suerte, pues Shevchenko y su Dinamo de Kiev se encargaron de cortar nuestro sufrimiento de raíz al echar al Madrid de la competición con un resultado global de 3-1.
Sé lo que es sufrir viendo al eterno rival avanzar rondas camino de la final en tu casa, por eso creo y no me equivocaré, que esta Champions se les va a hacer muy larga en la capital, al menos mientras el Barça siga en la competición. Estoy seguro que
muchos están deseando que el sorteo de mañana nos depare un Manchester - Barça, pero a día de hoy ellos mismo saben que ni eso es garantía de pinchazo para el Barça. A día de hoy ven sin poder hacer nada como una gota de color azul y grana se derrama cada cinco segundos, y hay más de uno que ya empieza a volverse loco.

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