Mientras todo el mundo del deporte alababa a Messi tras su enésima actuación gloriosa, pasaba desapercibida otra hazaña de importantes dimensiones ocurrida un par de horas antes. Iker Romero y Juanín García llevaban en volandas al Barcelona Borges y literalmente, le daban la 17ª Copa del Rey al conjunto azulgrana con una actuación increíble, sobretodo porqué fueron capaces de ponerse el equipo a la espalda en los peores minutos de conjunto y consiguieron sobrevivir solos a todo un Ademar de León, que luchó con garra pero acabó sucumbiendo en la prórroga. El equipo de Xavi Pascual se las prometía muy felices en el primer tiempo, cuando Iker empezó a asomar la cabeza en el partido y anotó él solo un parcial de 5-0 que dejó el luminoso en un claro 12-6. Parecía que el Barça encarrilaba la final, pero poco se podían pensar los aficionados culés ni los leoneses que la historia del partido iba a dar un vuelco considerable. El Barça, sin Rutenka, expulsado antes de finalizar el primer tiempo por un encontronazo con un rival, se deshinchó. Mientras Romero seguía exhibiéndose tomando la iniciativa en ataque y anotando auténticos golazos de casta y garra, el resto del equipo no estaba fino. En defensa faltaba contundencia, y Saric, que hasta el momento había sido un seguro bajo palos, empezó a amedrentarse. Eso lo aprovechó Ademar para recortar distancias e infundir un poco de miedo al cuadro culé. Finalizó el primer tiempo con clara ventaja catalana (16-12), pero se intuía que el segundo tiempo iba a ser muy duro. En los primeros compases después del descanso, los leoneses empezaron a asediar el marco azulgrana, pero apareció de nuevo la figura de Saric para evitar sustos mayores. Mientras tanto, en ataque faltaban ideas, pero de nuevo Romero y García en una actuación impresionante conseguían mantener la distancia para los suyos. El problema fue que a partir del 10’ de la segunda, Ademar enfureció, empató el encuentro y se puso por delante en el marcador. Tan solo Iker conseguía mantener vivo al equipo con golazos inverosímiles al borde del pasivo, fruto de la falta de ideas del colectivo, pero no era suficiente para remontar. Aún así, el Barça es mucho Barça, e incluso después de la nefasta segunda mitad, a falta de tres minutos y 2 abajo en el marcador (29-31) Iker y Juanín volvieron a tomar el mando y cuando tan solo restaban 18 segundos, el de León transformaba un penalty en el empate a 31 que llevaría a la prórroga. A partir de ahí volvió el auténtico Barça, con Barru en plan muro en la portería y poniéndose de nuevo por delante en el marcador. Aunque Ademar metió miedo al inicio de la segunda parte de la prórroga, el Barcelona se supo sobreponer, con Iker de nuevo como estilete ofensivo. Dos paradas de Saric a falta de 1 minuto y con el Barça 2 arriba certificaron un triunfo que Tomàs se encargó de aumentar tras un rápido contraataque. En ese momento Iker estaba sentado en el
banquillo, con 13 goles en su haber, al lado de Juanín que sumaba 9 en total. Al final, 38-35 y el Barça campeón, Barrufet levantando su décima Copa del Rey y todo el equipo arropando a los dos artífices de la victoria, pues sus compañeros sabían que sin ellos dos, no estarían celebrando el título copero.

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