miércoles, 15 de febrero de 2012

Alves y su miedo escénico

“¡Animal!” gritó el periodista Màrius Carol a la pantalla en que veía el Barça ayer por la noche cuando en el minuto 88 de partido Alves, solo ante el portero, hizo un centro de lo más extraño al segundo palo en lugar de chutar a puerta. Por suerte, por ahí corría Messi, que sentenció al Leverkusen poniendo el 1-3 en el marcador rematando el centro de su amigo Dani.

Realmente fue eso, el pase de un amigo que sabe que su compañero no pasa por su mejor momento y le quiere echar un cable. Pero más allá de esta bucólica explicación, podemos hallar un temor, quizás inconsciente, o un seguido de malas coincidencias. Dani Alves, ‘todocampista‘ donde los haya, jugador veloz, técnico, incansable, que ha demostrado una gran mejoría defensiva de unos años hacía aquí, parece que no se encuentra nada cómodo cuando tiene que definir una jugada colectiva frente al meta rival.

¿Cuántas veces Alves ha hecho una diagonal perfecta, rompiendo el fuera de juego, llegando desde atrás, donde ningún defensa se lo espera, para recoger un pase medido de los genios que le escudan en el centro del campo y, solo ante el portero rival ha dado un pase innecesario o ha marrado la ocasión? Parece que al lateral brasileño le da cierto miedo el remate a puerta desde dentro del área, a pesar de ser uno de los jugadores del equipo que dispone de las mejores ocasiones de gol por su tremenda movilidad. La jugada de ayer es sintomática que algo le pasa a Alves cuando tiene que mirar a portería a pocos metros del cancerbero, pues eso no le pasa con las largas distancias, donde ha demostrado -este año ya lleva dos- que es capaz de meter auténticos golazos. No es el mismo, se queda solo contra el guardameta y parece perder toda esa vitalidad y dinamismo que le caracterizan para convertirse, por segundos, en un jugador lento y muy indeciso.

No entiendo porqué un jugador con su talento no se atreve a probar al portero rival en un mano a mano, y cuando lo hace, remata sin ningún tipo de confianza con el consiguiente fallo. Quizá Alves haría bien en hablar con su buen amigo Abidal; el francés no es un gran talento en ataque, pero de no chutar a puerta de en los primeros tres años en el Barça, ha pasado a atreverse mucho más, y hasta se ha aficionado a meter goles importantes para el equipo. Y todos ejecutando la jugada típica de Alves: apareciendo a la espalda de la defensa para definir solo ante el meta. Supongo que será cuestión de confianza.

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