Al menos eso es lo que espero y esperamos todos los culés.
No hace mucho de la última vez que el equipo de Guardiola se tuvo que ver en una vuelta en el Camp Nou con una eliminatoria por remontar, concretamente la última ocasión en que sucedió eso fue el pasado 28 de abril. En ese caso se trataba de la semifinal de la Champions ante el Inter de Milán y esta vez el antagonista de la historia es el Sevilla de Álvarez que intenta arrebatar la Supercopa de España de manos de su actual dueño. Hay muchos parecidos entre sendos enfrentamientos, incluso diría que demasiados. En ambos casos el Camp Nou aparece como estadio del desenlace final, y con el mismo resultado en la ida: 3-1 en contra de los azulgrana. El Barça empezó fuerte el partido en el Giuseppe Meazza ante un Inter que no quería el balón y que se limitaba a defenderse, que es más o menos (menos que más por la diferencia de calidad entre italianos y andaluces) lo que hizo el Sevilla ayer. La fortaleza del conjunto dirigido por Guardiola se materializó a los 19 minutos de partido ante el Inter y a los 20 minutos ante el Sevilla. En el primero de los casos marcó Pedro, mientras que ayer el que abrió la lata fue Ibrahimovic. Pero lo más curioso del caso no es quien anotó ni la cercanía entre el minutaje del primer gol, sinó el último pasador que en ambos encuentros fue Maxwell. Me gustaría destacar también que en los dos partidos, justo una jugada antes del primer tanto azulgrana, tanto Valdés ante el Inter como el joven Miño ante el Sevilla, tuvieron que intervenir a sendos disparos de Eto’o y Navas, respectivamente, evitando así el primer gol local.
Si bien es verdad que el Inter empató antes del descanso y ayer el Barça llegó a la media parte con ventaja en el marcador, también hay que remarcar que los goles de Inter y Sevilla llegaron de una forma muy parecida. En el primero, el del empate, Sneijder no encontró más rival por delante que a Valdés por un desajuste defensivo, mientras que ayer Luis Fabiano aprovechó la debilidad de la espalda de la defensa azulgrana para plantarse también solo ante Miño y batirle por abajo. Ambos goles por el mismo lado de la defensa. ¿Y que decir de los tantos restantes? Pérdidas en el medio del campo que provocaron un contraataque rápido de dos equipos a los que les encanta correr. Es más, en ambas ocasiones el 3-1 llegó con un remate de cabeza de delanteros especialistas en ello que se encontraban solos para rematar dentro del área pe
queña.

Pequeñas coincidencias o casualidades que le hacen pensar a uno sobre como va a ser el partido de vuelta. El Inter en esta idéntica situación vino a encerrarse y le salió bien, pues solamente el tanto de Piqué en el 83’ les intimidó un poco, pero no fue suficiente para remontar. Confiemos que el Barça encuentre mejores soluciones para afrontar la vuelta de la Supercopa de España sabiendo ya lo que muy probablemente se va a encontrar. O eso o que se note que el Sevilla, sin querer desmerecerlo, no es el Inter.
muy interesante reflexión
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