Una semana y poco más después de la final del mundial no puedo dejar que la victoria de la 'Roja' nos haga olvidarnos del jugador más importante del conjunto subcampeón del torneo. Para muchos ese hombre sería Sneijder, máximo goleador y cerebro de su equipo. Para muchos otros Robben, uno de los jugadores más desequilibrantes del mundo. Curiosamente, cuando yo hablo del jugador holandés más importante de su selección me refiero a Mark van Bommel, un portento de fuerza y entrega que ha conservado el equilibrio entre el ataque y la defensa de la ‘Oranje’. Hay quien le ha criticado por su papel excesivamente bronco y duro (sin ir más lejos, un servidor escribió sobre el juego demasiado abrupto de Holanda aquí mismo el día siguiente de la final), pero realmente fue el jugador más inteligente del conjunto dirigido por van Marwijk. Hay muy pocas maneras de intentar frenar con éxito a un sucedáneo del Barça como es ahora mismo la selección española. Una de ellas es evitar que jueguen los cerebros del equipo y eso se puede conseguir mediante faltas reiteradas y constantes acciones intimidatorias. Van Bommel lo sabía y no se cortó ni un pelo frente a sus excompañeros de club. Iniesta, Xavi y compañía sufrieron en sus carnes la dureza del capitán del Bayern, quien a pesar de sus maneras, siempre controló a la perfección los tempos del partido, soltando hachazos en los momentos indicados que le permitían frenar los mejores momentos de juego de la Roja a la vez que eludía una y otra vez la expulsión. Soltando un latigazo a un rival 1 minuto después que un compañero tuyo haya visto una amarilla, haces que el árbitro no te amoneste por muy dura que sea la falta.
En la final de la Champions de 2006 entre el FCBarcelona y el Arsenal que ganaron los azulgranas por 2-1, se dijo que la entrada de Iniesta en la segunda mitad fue la clave para remontar el partido, pero cada vez que oigo o leo esa afirmación me invade un pequeño escalofrío y no puedo evitar repetir lo que ya dije el día después de la final: Iniesta no se hubiera podido lucir como lo hizo de no ser por el gran trabajo físico y de desgaste que hizo van Bommel en el primer tiempo. El holandés se encargó de desmontar él solito a todo el centro del campo del equipo inglés facilitando las tareas creativas de un Iniesta, que todo hay que decirlo estuvo sublime, que pudo jugar a sus anchas con los contrarios ya agotados. Precisamente esto es a lo que se ha dedicado el mediocentro holandés durante todo el Mundial, a ejercer de guardaespaldas de los jugadores más vistosos como Robben o Sneijder, convirtiéndose en su mejor aliado partido tras partido y sacándo
les de encima a los rivales para que pudieran desplegar todo su potencial.

Por eso creo que es sin ningún tipo de duda el jugador clave de esta Holanda que salvo la final, ganó absolutamente todos los partidos desde el primero de preparación para el Mundial. Por eso creo que es necesario este pequeño recordatorio a modo de homenaje.
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