En 1902 se jugó por primera vez un partido que enfrentaba a Barça y Madrid en el Hipódromo de la Castellana. Los blancos habían nacido como club dos meses antes y aún no se denominaban ‘Real’ y el encuentro pertenecía a la semifinal de un concurso de fútbol celebrado para que lo presenciara el Rey Alfonso XIII. El partido lo ganó el Barça por 1-3 con gol del fundador Gamper de penalty. En aquel entonces el fútbol era todo un experimento en España en el cual participaban casi de forma exclusiva inmigrantes. Nadie podía pensar que este deporte llegaría a ser el fenómeno de masas que es, y mucho menos que los Barça-Madrid se convertirían en uno de los partidos más importantes de la temporada futbolística, llegando a ser el día del partido un día marcado en el calendario de muchos seguidores. Lo que tampoco se debieron imaginar Gamper y compañía es que más de cien años después, culés y merengues se miraran tanto mutuamente, casi de forma enfermiza. ¿Cuantos seguidores azulgranas pueden decir que no leen el Marca o el As? ¿Y cuántos madridistas pueden afirmar no haber ojeado nunca el Sport o el Mundo Deportivo? Pocos. Muy pocos. Quizá ninguno. Con los últimos triunfos del Barça los culés nos hemos volcado a comparar el juego Messi y compañía con el del Madrid. Si el Barça ganaba jugando muy bien y goleando a un equipo, se buscaba el partido que el Madrid había disputado contra el mismo rival para ver si había conseguido meter más goles. Pero en Madrid también están muy pendientes del Barça. Sin ir más lejos el post de hoy se me ha ocurrido al ver la portada de Marca, en la cual sale Cristiano Ronaldo ejecutando la falta del 1-0 ante el Marsella con un titular que reza: “El balón de Oro”. Es obvio que es un guiño a la comparación inevitable y últimamente eterna entre C. Ronaldo y Messi, ya que esta misma semana se le ha entregado al argentino el premio otorgado por France Football. Todo esto nos puede parecer muy bien o no. A mi personalmente me mosquea que se llegue a estos extremos, y como no considero que yo sea de los que está especialmente pendiente del Madrid, me mosqueo con razón. “Pues no leas el Marca!” Sí, sería la solución. Pero me es inevitable querer saber lo que piensan los especialistas que siguen la actualidad del máximo rival del Barça. Y no es que lo considere el máximo rival por historia o por ideales -que también!- sino porqué es a quien hay que disputarle los títulos cada temporada, añadiéndole ahora sí, el plus ‘sentimental’ por así decirlo. Po
r eso me cabrea leer según que cosas, y aunque estoy seguro que hay muchos merengues que también maldecirán en hebreo al leer según que portadas de periódicos culés, siempre aparecerá el amigo de turno cargado de razón que nos espetará esa pregunta que nos suena tan repelente: “¿Pero porqué lees la prensa del rival?”

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